El paro de actividades del año 2008, por parte de los corteros que bloquearon los principales ingenios del centro del Valle del Cauca y del norte del Cauca, fue motivado por un descontento de los trabajadores relacionado a las condiciones contractuales. Sin embargo, en este conflicto laboral, no solo se vieron involucrados los empleadores y los empleados, sino también otros grupos de interés que incidieron en el desarrollo del conflicto y de las posteriores negociaciones entre las partes. El modelo de contratación empleado por los ingenios, se enmarcaba en un debate nacional sobre la política laboral en el país, que incidió en que se involucraran otros actores en el conflicto laboral. Como consecuencia del conflicto es posible identificar costos que se hubieran podido evitar con la implementación de estándares internacionales.
Tras la reactivación y el acelerado aumento de la producción de petróleo en la región de Puerto Gaitán (Meta), a partir del 2007, se gestó un conflicto de orden laboral entre las muchas empresas que operaban en los campos petroleros y sus trabajadores. Los términos de contratación y el mejoramiento de las condiciones de trabajo estuvieron dentro de sus principales demandas. A mediados del año 2011 se inició un ciclo de protestas que culminó en enfrentamientos con la fuerza pública y un cese de actividades, causando una interrupción de la producción. El conflicto laboral potenció el latente descontento social de los pobladores de la región que utilizaron la coyuntura laboral para hacer más notorias sus peticiones.