Bajo el principio de que ninguna persona debe morir sin ser registrada, se establece que los registros de víctimas de la violencia armada deben cumplir con que todas las víctimas (i.e. hombres, mujeres, niños y niñas, civiles, combatientes, directas o indirectas) tengan un registro inmediato, una identificación correcta y un reconocimiento público
Lo anterior con los siguientes fines:
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Cumplir con los derechos de las víctimas de la violencia armada
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Reducir el sufrimiento de los allegados a las víctimas a través de la certeza de su situación actual
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Reconocer a las víctimas como personas, algo más que una cifra
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Permitir la monitorización transparente, a tiempo, confiable e integral de la violencia armada
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Garantizar un mejor cumplimiento del derecho internacional humanitario por parte de los estados y los actores que hagan parte de la violencia armada
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Apoyar los procesos de reparación integral, posconflicto y reconciliación.