En Colombia, la proliferación de armas de fuego y su mal uso, principalmente en entornos urbanos, continúa generando sustanciales daños. De todas las formas de violencia con armas de fuego la violencia por balas perdidas es la más injusta: su carácter es puramente aleatorio, afectando de manera desproporcionada a los más inocentes.

CERAC ha venido monitoreando los casos de balas perdidas en Colombia que se reportan en medios de comunicación, por parte de organizaciones sociales y por las mismas víctimas, a través, por ejemplo, de las redes sociales. Aquí presentamos la más reciente actualización de este ejercicio: como resultados generales, destacamos los siguientes:

  • La violencia por balas perdidas continúa: este año se han registrado 95 víctimas, de las cuales son 32 letales.
  • Se ha presentado una importante reducción de las muertes por balas perdidas durante el 2013 del 59 %; en contraste con el aumento del 1.6 % el total de la violencia homicida hasta octubre.
  • El patrón es cada vez más aleatorio: los menores y las mujeres cada vez aportan más víctimas. En lo corrido del 2013, 55 víctimas fueron menores de 18 años y 47 víctimas fueron mujeres.
  • Las disputas entre grupos de crimen organizado y grupos armados de jóvenes en entornos urbanos son el principal contexto en el cual se presentan estos casos.
  • Los niveles de judicialización e investigación criminal siguen siendo muy bajos, y la resolución judicial de casos es bajísima.